La Real Academia de la Lengua Española define, en su primera acepción, la palabra alcoholismo como “abuso en el consumo de bebidas alcohólicas”, y en su segunda acepción como “enfermedad ocasionada por el abuso de bebidas alcohólicas, que puede ser aguda, como la embriaguez, o crónica”.
La embriaguez aguda es un estado de intoxicación aguda por un consumo excesivo de alcohol que presenta alteraciones psíquicas y físicas, de intensidad variable, como alteración del comportamiento, desinhibición, agresividad, juicio alterado, marcha inestable, nivel de conciencia disminuido, etc. Mientras que en el alcoholismo crónico, según la American Society of Addiction Medicine, es una enfermedad en cuya evolución y manifestación intervienen factores genéticos, psicosociales y ambientales y que puede ser progresiva y fatal, en la que la persona se caracteriza por unos rasgos específicos como incapacidad para poder controlar la cantidad de alcohol que ingiere ni las veces que bebe, necesidad de consumir cada vez mayores cantidades de alcohol, irritabilidad, abandono progresivo de actividades y relaciones sociales, problemas para controlar los gastos económicos, aplanamiento emocional, síntomas relacionados con el síndrome de abstinencia como mareos, sudoración, dolor de cabeza, etc.
En España el consumo de alcohol per cápita es superior a la media europea, estimándose que en nuestro país mueren al año unas 20.000 personas por algún problema de salud relacionado con el consumo excesivo de esta sustancia.
Las enfermedades más comunes derivadas de un consumo abusivo de alcohol son las siguientes:
- Cáncer. Los estudios demuestran que el alcohol es fundamentalmente un agente co-carcinógeno que está detrás de muchos tipos de canceres, como pueden ser cáncer oral, cuello, de pulmón, esófago, hígado, páncreas, colon, mama…
- Aumenta el riesgo de padecer enfermedades infecciosas.
- A nivel cardiovascular, aumento de la presión arterial, arritmias, fibrilación auricular, arterioesclerosis, infarto, trombosis, miocardiopatía alcohólica, etc.
- A nivel digestivo, esofagitis, gastritis, varices esofágicas, pérdida de apetito, acidez, náuseas, vómitos, síndrome de Mallory-Weiss debido a vómitos repetidos, hemorragias duodenales y diarreas, pancreatitis, esteatosis hepática, hepatitis alcohólica, cirrosis hepática…
- Alteraciones genitourinarias como atrofia testicular, ausencia de menstruación, impotencia sexual, disminución de la libido, infertilidad… y en la mujer embarazada, retraso de crecimiento en el feto, deformidad facial, disfunción en el sistema nervioso central, etc.
- Afectación del aparato locomotor con osteopenia y osteoporosis, es decir pérdida de la densidad ósea, en mayor o menor grado.
- A nivel neurológico produce deterioro cognitivo que puede llegar a ser grave provocando una demencia alcohólica, encefalopatía, degeneración cerebelosa por desnutrición, lesión cerebral, tristeza, ansiedad, depresión, psicosis, delirios paranoides y celotipias o celos patológicos, alucinaciones…
- En cuanto al sueño, apnea obstructiva del sueño, fragmentación del sueño y déficit de sueño profundo.
- Amnesia temporal, Síndrome de Wernicke y Korsakoff (trastornos amnésicos inducidos por el alcohol).
- Pelagra o falta de vitamina B3, provocada por el consumo excesivo de bebidas alcohólicas. Esta enfermedad provoca la aparición de manchas de color marrón en diferentes partes del cuerpo como cara y manos, que originan comezón y diarrea constante.
Otro factor muy importante del alcoholismo a tener en cuenta son las consecuencias sociales y las relaciones humanas. Las personas enfermas tienden a provocar numerosos problemas de convivencia en forma de altercados, disputas, agresiones… tanto con la familia, como en el trabajo, amigos, etc. además de contar con un alto índice de provocación de accidentes de tráfico, laborales, violencia hacia la pareja, etc.
Sin embargo, si la persona que presenta esta enfermedad del alcoholismo es detectada a tiempo y se deja ayudar antes de que los daños ocasionados sean irreversibles, un tratamiento médico adecuado junto con un tratamiento psicológico puede devolver al paciente a una normalidad previa, mediante el control adecuado de sus secuelas. Así, para todos aquellos que lo necesiten, Despierta es un centro de desintoxicación que está especializado en el tratamiento de las adicciones al alcohol, la cocaína, el cannabis, a los fármacos, al juego y al resto de sustancias psicoactivas, por lo que será de gran ayuda para poder salir de las adicciones.
La ludopatía
La ludopatía o adicción al juego es una enfermedad o desorden adictivo, reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que se caracteriza por una urgencia psicológicamente incontrolable y progresiva de resistir los impulsos de jugar y apostar dinero en cualquier tipo de juego de azar como máquinas tragaperras, bingo, ruleta, póker, apuestas deportivas, loterías, etc. Esta adicción puede llegar a afectar negativamente a todas las áreas de la vida personal de la persona que la sufre, causando un grave deterioro de las relaciones familiares, problemas laborales, económicos, legales, académicos… además de emocionales y psicológicos por vergüenza, sentimiento de culpa, ansiedad, etc.