A mediados de noviembre de 2014 se quemó, en Burgos, una de las plantas de la empresa Campofrío. Por desgracia, no se trataba de un suceso aislado: los incendios producidos en fábricas, almacenes y tiendas españolas son mucho más habituales de lo que puede llegar a imaginarse. El problema es que no todos ellos aparecen en televisión o en los periódicos.
Como consecuencia de aquel incendio en Burgos, el diario ABC publicó, el 19 de aquel mismo mes de noviembre, un artículo en el que hacía referencia a otros grandes incendios producidos en fábricas o almacenes españoles. Estos son algunos de los que se comentaban en aquel escrito:
- El más conocido es sin duda el que calcinó 2.000 metros cuadrados de la Fasa Renault, que causaron un total de 10 muertos y 32 heridos a primera hora de aquel 30 de octubre de 1974.
- El incendio de la fábrica de muebles de Beniparrell, cerca de Valencia, acabó con la friolera de 10.000 metros cuadrados.
- El incendio de Borges en marzo de 1996. En este caso, el fuego fue provocado y acabó con 6.000 metros cuadrados de la fábrica de frutos secos, un 40% del total de la planta. De este incendio también se conoce el coste: 5.000 millones de pesetas.
- El incendio de la fábrica de Fagor en Vitoria fue uno de los más sonados de las últimas décadas. Producido en el año 2000, terminó con 50.000 metros cuadrados y 210.000 electrodomésticos.
- El último de los incendios que mencionamos tuvo lugar en Daganzo (Madrid) en junio de 2005. 38.000 metros cuadrados calcinaron dos naves industriales situadas en la localidad.
Existe un nexo común para todos estos casos: las graves pérdidas económicas que implican, teniendo en cuenta por supuesto los riesgos para las personas que supone el fuego y que en el caso de la Fasa Renault devinieron en la muerte de algunas de ellas.
En ocasiones, es inevitable que el fuego lo devore todo. Cuando, como en el caso de Borges, el incendio es provocado y se realiza de noche, justo cuando no hay nadie en las inmediaciones de la fábrica, es totalmente imposible que el lugar no quede reducido a cenizas. Lo único que puede evitarlo es una rapidísima intervención de los bomberos o un golpe de suerte. Un golpe de suerte que no suele producirse con demasiada asiduidad.
Sin embargo, en otro tipo de casos sí que es posible evitar los incendios o, al menos, sus consecuencias. Una de las maneras de hacerlo es contar con los mejores sistemas de extinción, detección y prevención de incendios. Contar con extintores, señalización y sistemas de detección de calidad es imprescindible y todo ese tipo de productos pueden ser adquiridos gracias a Extintores Balsamar, una de las empresas pioneras en garantizar la seguridad contra incendios en Barcelona.
Seguridad para empleados, instalaciones y productos
Confiar en Extintores Balsamar es la mejor manera de hacer que un incendio tenga muchas menos probabilidades de terminar con buena parte del trabajo que se realiza en la empresa. Los extintores que oferta la entidad, de eficacia demostrada, terminan de un modo rápido con las llamas. Por otra parte, los sistemas de detección permiten que no pase demasiado tiempo desde que se produce el incendio hasta que somos conscientes de ello. Este tiempo es fundamental y es directamente proporcional a la gravedad de los daños: menos tiempo de detección, menos daños. La señalización juega en favor de los empleados. Gracias a ella, podrán desalojar el lugar antes de que se produzca una auténtica desgracia.
En una sociedad que todavía no ha escapado de la crisis es todavía más importante conservar lo que uno tiene. De ahí que los productos que oferta Extintores Balsamar sean ideales para fábricas o empresas, pero también para todo tipo de instalaciones. Llamar o no a una entidad como tal puede ser la diferencia entre un pequeño susto… o una desgracia.