Cualquiera que haya vivido con varios hermanos ha tenido que sufrir la tarea de fregar la pila de platos que quedaban después de las comidas familiares cuando no había lavavajillas en casa. Esto era algo normal para muchas familias, como se diría el día a día. Pero la realidad es que había muchos factores que por aquellos momentos no manejábamos.
Por un lado, está el hecho de que la concienciación sobre el medio ambiente en la actualidad no es comparable con la que había por la época en la que los lavavajillas no eran comunes en las casas. Esto era fácilmente visible, pues ni había contenedores para reciclar, todo se tiraba al mismo contenedor.
Por otro lado, tenemos que hoy en día el agua escasea más que nunca, y de hecho hay problemas con los niveles de agua en los embalses año tras año. Y dado que la lluvia no siempre llega cuando se le espera, y de la manera que se le espera, se recomienda siempre ahorrar agua en casa.
Todo esto nos lleva a la continua pregunta que todo el mundo se hace, y que nunca está realmente clara. Qué se ahorra más lavando a mano con el lavavajillas. Si preguntas por la calle unos te dirán a mano porque puedes controlar el agua que se gasta con varios trucos, y otros te dirán que simplemente por la comodidad merece la pena el lavavajillas.
En el artículo de hoy vamos a hablar sobre los datos que determinan cuál es la mejor opción para ahorrar agua. Aunque también hay que tener en cuenta otros factores, como el jabón, que lo puedes comprar sin moverte de casa en tiendas online como Stocknet, una empresa fabricante de productos de limpieza, pero que además son investigadores y proveedores que disponen de una amplia gama de productos.
Los datos hablan por sí solos
Varias hacen referencia a un estudio realizado por el Canal de Isabel II, en colaboración con BSH Electrodomésticos España, que concluía que lavar a máquina es más ecológico que hacerlo a mano.
Para llegar a esta conclusión, los técnicos analizaron una muestra de 155 viviendas de la Comunidad de Madrid entre enero y junio de 2008, en las que monitorizaron de forma continua el consumo de agua durante cuatro meses. La ocupación media de las casas fue de 3,34 personas. En los dos primeros meses, los participantes tenían que lavar los platos solo a mano, y después, tras instalarles un lavavajillas, debían lavar los platos siempre con él.
Los lavavajillas utilizados eran de la clase AAA, de las marcas de BSH Electrodomésticos, con un consumo de 12 litros de agua y 1,05 kilovatios por hora de energía en el programa ECO 50 ºC. Las mediciones realizadas durante el período de lavado a mano concluyeron que el consumo de agua en el fregadero fue, como media, de 88,8 litros diarios, de los que 52 correspondieron a agua caliente. Este representó, aproximadamente, el 26% del gasto hídrico total de la vivienda.
Una vez instalados los lavavajillas, el consumo de agua en el fregadero de los hogares analizados se redujo a 54,2 litros diarios, que representan el 15,9% del total, siendo 24,6 litros diarios de agua caliente, según el estudio.
Los resultados revelaron, por tanto, que lavar los platos a máquina representó un ahorro del 9% del consumo total de las viviendas analizadas, lo que supuso, por término medio, gastar 30,6 litros menos al día (27,4 de agua caliente). Esta reserva variaba mucho dependiendo del número de habitantes de las viviendas, siendo muy alta en casas en las que vivían tres o más personas y mínima en viviendas ocupadas por una sola persona.
No obstante, para casos en los que el uso del lavavajillas resulta casi imprescindible -como en bares, restaurantes o comedores-, desde Ecologistas en Acción aconsejan adquirir el aparato atendiendo a sus niveles de consumo, al lugar en el que fueron fabricados (para aplicar el criterio de cercanía) y apostar por máquinas fuertes y duraderas, reparándolas cuando se estropeen en lugar de comprar una nueva, para evitar, en la medida de lo posible, la obsolescencia tecnológica.
Desde la OCU, la recomendación es clara: “Utilizar el lavavajillas a plena carga y en el programa ECO, que, aunque es más largo, permite un ahorro mayor de agua y energía”. Según sus cálculos, en la opción verde se gasta un 16% menos de agua y un 20% menos de electricidad que en el programa normal. Aunque el aparato tarde en lavar los platos casi una hora más, lo hace a menor temperatura, lo que consume menos energía.