Estamos acostumbrados a escuchar la frase que dice que “el saber no ocupa lugar”. Pero lo cierto es que esta afirmación no es del todo cierta. De hecho, se encuentra puesta, a día de hoy, más en duda que nunca antes. Y es que parece ser que el saber sí que ocupa un lugar: el de las universidades españolas, unas instituciones que siguen siendo realmente importantes para el desarrollo y para el futuro de nuestro país pero que también han sido puestas en duda, algunas no sin razón, por buena parte de la sociedad española.
En efecto, y a pesar de lo que acabamos de decir, tener la oportunidad de ir a la universidad es todo un reto tanto a nivel profesional como personal para una enorme cantidad de personas. Es la oportunidad para obtener un título en estudios superiores y tener más accesible un puesto de trabajo bastante decente. Por otro lado, es una manera de comenzar a depender de uno mismo, sobre todo para todos aquellos para quienes acudir a la universidad significa tener que cambiar de ciudad y comenzar a vivir con un poco menos de independencia de sus padres y madres.
Esa es la situación para los menores de, por regla general, 25 años. Pero, ¿qué ocurre con toda esa gente que, superando dicha edad, se encuentra interesada en obtener un título universitario? Hay muchas personas que, por unas razones o por otras, no han tenido la oportunidad de obtener un grado universitario y que ahora se encuentran en plenas facultades para hacerlo a pesar de tener una edad que no concuerda con la del resto de universitarios. Por fortuna, para todos ellos y ellas hoy es bastante más fácil acceder a una carrera.
El desarrollo de los acontecimientos históricos de nuestro país ha posibilitado que, en la actualidad, haya un volumen de población por encima de 25 años que se encuentra interesado en conseguir un grado universitario. Así nos lo han corroborado desde la academia Acceso a la Universidad para Mayores de 25, quienes están experimentando las mayores dosis de trabajo de su existencia. Ha habido tanta gente que no ha tenido acceso a una educación ideal en anteriores décadas en nuestro país que ahora se acumulan las solicitudes de ingreso en la universidad.
¿Hay demasiados universitarios en España?
Es la pregunta que se hace un artículo del diario El Mundo en referencia a unas polémicas declaraciones del entonces ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, en las que éste decía que existían demasiados universitarios en España y que había que primar la Formación Profesional para que compitiera en igualdad de condiciones. Según dicho medio, el dato que aportaba el ministro era ciertamente impreciso. No hay tantos universitarios como los que suele pensar la gente que existen.
Por su parte, el portal web Europa Press estableció en uno de sus artículos una radiografía acerca de cómo son los universitarios españoles. En uno de sus grafitos se recoge un dato de lo más significativo: el porcentaje de españoles entre 25 y 34 años que no tienen ni Bachillerato ni estudios superiores es del 35%, muy superior al de la OCDE y al de la Unión Europea, que giran en torno al 15%. Este dato pone de manifiesto el por qué de la imprecisión de Méndez de Vigo y por qué El Mundo calificaba como impreciso el dato del por entonces ministro.
También es un dato que pone muy a las claras la necesidad de formación que tienen personas de 25 a 34 años en este país. En una sociedad en la que conseguir un trabajo es cada día más complicado se hace evidente la importancia de tener una carrera universitaria. Personas de la franja de edad que hemos comentado, con todavía mucho futuro por delante, necesitarán tarde o temprano disponer de un grado para conseguir un trabajo que se ajuste a lo que quieren. De lo contrario, conseguir este objetivo será, cuanto menos, una verdadera utopía.
Facilitar el acceso a la Universidad a las personas mayores de 25 (y también, cómo no, a las de 45) es una necesidad para la sociedad moderna que pretende ser España. Afortunadamente, mucha gente ya se ha puesto manos a la obra para tratar de conseguirlo. Los resultados y están llegando, pero todavía es necesario que se mejore más. Hay mucho talento entre la gente de media edad porque el talento no es algo exclusivo de la gente joven. Cambiar estereotipos no nos vendría nada mal en ese sentido.