Las copas de cristal son mucho más que simples objetos, pasan a ser obras de arte de la orfebrería. Una de las bebidas que más éxito tienen son los cócteles, donde hay una variada gama de copas para el famoso gin tonic, que suele ser el cóctel que más triunfan, como bien saben los fabricantes de copas de Giona Premium Glass, que creen que para disfrutar de un buen cóctel es indispensable hacerlo en copas que sepan potenciar y conservar el sabor de los cócteles.
Las copas de cócteles
La copa de cóctel que más se conoce es la de Martini, la también denominada copa clásica, se conoce por la forma cónica del cáliz, que se sostiene por un pie de forma alargada y delgada, que se asocia con algunos cócteles como el Martini, Manhattan o los Daquiris, siendo normalmente para cócteles fríos, pero sin hielo, la capacidad está entre los 150 ml y los 200 ml.
En el caso de la copa margarita, es parecida a la anteriormente mencionada, aunque el pie es más reducido y el cáliz tiene mayor elaboración, con forma de taza, pero más redondeada, con una capacidad algo más grande y que suele estar dirigida al cóctel que le da su denominación, además de otros tropicales y de mayor colorido.
El highball, o vaso tumbler, es uno de los que suelen ser más habituales en el campo de la hostelería de nuestro país, siendo llamado también vaso de tubo. El diámetro es similar a todo el cilindro de su superficie y se utiliza para servir combinados mezclados de alcohol con otras bebidas. Suelen tener poco adorno y no demasiada capacidad, sobre 300 mililitros. El aspecto que tiene suele tener algunos críticos, especialmente en los que buscan tener una imagen sofisticado o los que tienen una nariz pronunciada.
Vaso old fashioned, es el vaso que se asocia a bebidas de alta graduación como el bourbon o el whisky, el cual se sirve on the rocks. Su forma es ancha, corta y sólida, con un diseño de lo más variable, además de poder tener también una decoración de lo más variada. Aunque tiene poca altura, suele ser de gran capacidad, por lo que se pueden encontrar los cubitos de hielo en él, dándole muchas posibilidades a nivel decorativo.
Uno de los modelos más populares también es el de la copa de champagne, donde la más vista es la copa tipo flauta, que es ideal para que pueda conservar la chispa de las burbujas por la forma estrecha y delgada, donde cobra protagonismo la base pequeña, que además tiene el cuello fino y mediano.
Si vamos a la copa más famosa, es más corta y que tiene una boca bastante más abierta y que se basa en el pecho de la reina María Antonieta, eso sí, antes de que la pobre terminara perdiendo la cabeza, donde la decadencia viene de la menor practicidad que muestra.
Es muy sencillo el que se derrame la bebida en ellos, pero sigue estando vigente a la hora de servir cócteles y batidos con bastante hielo picado. En los espumosos y también en los cavas, la elegante y estilizada copa de flauta ha pasado a imponerse claramente.
De la misma forma, la denominada copa de balón es una de las copas más en auge. Es conocida por la forma redondeada que muestra su cáliz, al que sostiene un pie mediano que termina en una boca estrecha. El diseño se ha pensado para los cócteles que necesitan mucho hielo y así evitar que el líquido pase a calentarse mientras se sujeta el vaso.
Además, conviene no olvidar que hace posible una concentración de olores y aromas que se agradecen bastante mientras se consumen. Por todo ello, el gin tonic tiene tanto éxito y ha pasado a ser de los cócteles que más se solicitan en la última década.
La copa hurricane podemos distinguirla por una base ancha, además de un cuello chato y redondeado, que junto al cuerpo alargado nos recuerda a una lámpara de huracán, que es donde proviene su denominación con una capacidad de sobre los 400 mililitros.
Terminamos con un vaso de orígenes más europeos, como el es vaso toddy, que es un recipiente donde se acostumbra a servir el café irlandés y demás cócteles calientes. Hablamos del único que tiene asa, siendo un remate para un vaso realizado en cristal de fuerza y gran grosor que hace posible que el agarre se haga con confianza y sin preocuparse por el calentamiento del líquido que hay en su interior.