Hemos sido muchos los españoles que hemos tenido que emigrar en los últimos años. Es una imagen que nunca se da y de la que nunca se cuentan las cosas como son. Estamos acostumbrados a estos programas de televisión como Españoles por el Mundo donde se ofrece la versión más brillante, exitosa y de triunfo. Pero esto no es así. También existe un lado B. En mi caso, llevo viviendo en Alemania más de un año y me gustaría decir que ‘no es oro todo lo que reluce’. Me estoy refiriendo en el tema laboral se refiere. Y que sirva como introducción que no todos los alemanes van en BMW y Mercedes.
En este tiempo que he estado aquí y comprobado que si eres una persona con título universitario o un trabajador especializado sí se puede encontrar un buen puesto de trabajo bien remunerado. Eso sí, en la mayoría de los casos tienes que saber hablar alemán o por lo menos defenderte muy bien. Y es que son normas básicas para poder sobrevivir en mi caso en una ciudad como Múnich.
Por el contrario, si no perteneces al grupo de los trabajadores cualificados no lo vas a tener nada fácil para encontrar un buen puesto de trabajo. Eso sí, si quieres trabajar en «algo» que te den mil ó mil y poco euros limpios al mes sin saber hablar el idioma y poder ganarte la vida honradamente creo que no hay problema. Aquí les denominan «Produktion» o «trabajos de producción». Fábricas, trabajos monótonos, trabajos en restaurantes.
Encontrar trabajo
Mi primer trabajo fue en una empresa de trabajo temporal. Fue muy curioso porque me dijo «igual podemos estar 2 semanas hasta encontrarte un trabajo, incluso un mes». Y yo flipando porque en España tardan meses o años. Pues lo mejor de todo es que al final no tardaron ni una semana y ya estaba trabajando. Al principio fue en una fábrica. Como suele pasar en algunas de España, el trabajo va por turnos. Una semana de mañana, otra de tarde y otra de noche. Las noches son las más duras, aún recuerdo cuando iba de noche, salí a las seis de la mañana y me tocaba rascar el hielo en el coche. Por cierto, recomiendo que después de unos meses llevéis vuestro propio coche. En mi caso lo hice con la empresa Transportes Transthalia y el resultado fue muy satisfactorio.
Aunque la ciudad está bien para desplazarte, en mi caso, al estar por turnos y uno de ellos ser de noche, necesitaba un coche para ir hasta casa. Por cierto, en Alemania se trabaja duro. Aquí el arte del escaqueo como pasa en España no existe prácticamente. Eso sí, si tu jornada laboral es de ocho horas, no harás ni un minuto más. Este es un aspecto que se mira mucho.
El idioma
Una de las mejores cosas que me encontré al llegar a Alemania es que el Estado te paga al llegar un «Deutsch Intensive Kurs» o curso intensivo de alemán que dura varios meses. En mi caso lo estoy haciendo durante cuatro días a la semana. No es divertido pero mis avances con el idioma son tremendos. Somos gente que demostramos que queremos aprender y formar parte de la sociedad germana. Y es que como no sepas idioma te vas a sentir desplazado y asilado. El alemán es uno de los idiomas más complicados de aprender y está lleno de trampas para que los extranjeros no podamos aprenderlo nunca bien del todo.
Además, de un pueblo a otro cambia la pronunciación de algunas palabras. Pasa como en España con Andalucía o País Vasco. El único consuelo que me queda es que entre ellos mismos a veces no se entienden. En el segundo trabajo que tuve, en Pirelli había dos alemanes, uno del norte y otro del sur y acabaron entre ellos hablando en inglés. Solo con esto está dicho todo. ¿Verdad?
Ocio
No me arrepiento de haber venido. Si encuentras un trabajo aquí se puede vivir muy bien. Además es una ciudad bonita, limpia y sostenible. La comida es barata y de calidad. Eso sí, lo mejor es cuando llega el mes de octubre y puedes disfrutar de la fiesta de la Oktoberfest. Para los amantes de las cervezas, como soy yo, esto es el paraíso. El alquiler también tiene buen precio pero en invierno son casi 400 euros casi de electricidad. Sobre todo por culpa de la calefacción. La gente es muy maja, y aunque cuesta al principio, al final te acaban echando manos en todo lo que les pidas.
Por eso, recomiendo que alguna vez en la vida puedas viajar y trabajar en el extranjero. Es una experiencia muy enriquecedora y que sirve para abrir la mente. Incluso, como yo, puedes llegar a conocer al amor de tu vida.