He escuchado alguna vez que tener una empresa es como tener un hijo. Sin duda, es algo que te debe mantener dispuesto a trabajar en cualquier momento del día, dispuesto a proporcionar todo lo que sea posible para que el crecimiento y desarrollo de ese hijo esté garantizado y su futuro no corra ningún peligro. Los emprendedores tienen una enorme capacidad de sacrificio y la verdad es que no es para menos. Siempre tienen mucho trabajo por delante y deben sacar tiempo y fuerzas de donde no las hay para intentar conseguir sus objetivos.
Ese trabajo no es fácil. Hay que estar preparado para cualquier tipo de imprevistos y valer para absolutamente todo, especialmente si el negocio que es de nuestra propiedad es una pyme. Hay que tener en consideración que, en un entorno así, la figura del emprendedor tiene que ser multidisciplinar para tratar de cumplir todas las necesidades que se requieren en el seno del negocio, que no son pocas y tienen su dificultad. Debemos desarrollar nuestra capacidad de ventas y, al mismo tiempo, ser consciente de cómo funciona nuestro mercado, cuáles son las tendencias que lo rigen ahora mismo, llevar la contabilidad del negocio y estar al día de todas las obligaciones financieras y fiscales.
Si eres la única persona que trabaja en el negocio (cosa que es muy habitual y que sucede en un amplio porcentaje de las pymes que tenemos en España) sabrás de lo que estamos hablando de primera mano. Ser capaz de llegar a todo tiene mucho mérito y no cabe la menor duda de que un emprendedor que sea capaz de hacerlo y conseguir que su negocio esté perfectamente adaptado a la realidad que le rodea tiene un mérito tremendo. Eso requiere no solo esfuerzo, sino también mucho conocimiento acerca de la actividad que se está realizando y de la gestión de los recursos con los que cuenta.
Es evidente que, para una pyme, crecer y desarrollarse es mucho más difícil que para una empresa grande. Esta última cuenta con más recursos y eso le abre un montón de puertas, como la posibilidad de contratar personal especializado en cada materia para tener la posibilidad de que no se escape ningún asunto y nos adaptemos a la realidad prácticamente de inmediato. En el caso de la pyme, como hemos dicho, el emprendedor tiene que ser multidisciplinar y eso le obliga a tocar muchos palos: desde vender hasta estar pendiente de todas las obligaciones legales que tiene su negocio. Y eso hace que la posibilidad de encontrarse con problemas crezca porque no se dedica el 100% a una cosa.
Está demostrado que las pymes en España tienen severas dificultades para crecer. Asegura una noticia del diario El Confidencial que los motivos no suelen ser los que la gente piensa, sino que tienen más que ver con la falta de formación de los empresarios, la fragmentación del mercado o el modelo productivo. Estos son los principales enemigos que tenemos delante cuando estamos intentando promover y desarrollar una pyme y son las cosas que debemos resolver en la medida de nuestras posibilidades.
Es cierto que, para una gestión eficaz de todo lo que tenemos entre manos, es conveniente contar con ayuda. Si estamos a todo, al final no estaremos a nada. Es algo que está comprobado. Y, si no contamos con ayuda, lo más probable es que cualquier imprevisto nos haga retrasar cosas que también son importantes y que a buen seguro van a tener consecuencias para nuestra realidad. Hay que delegar en gente de confianza que pueda prestarnos un servicio óptimo y la verdad es que esa es una de las cosas que más nos cuesta, sobre todo al principio.
Poder contar con especialistas en todas las áreas en las que se requiera ayuda ayuda es fundamental para el buen éxito de una pyme. Es lo que puede permitir que el director de la misma se centre plenamente en todo lo que tiene que ver con la venta de sus bienes y servicios y con la estrategia de la compañía a corto y largo plazo. Creo que estamos en un buen momento para los pequeños negocios porque hay una mayor posibilidad de obtener asesoramiento para un negocio de pequeñas dimensiones. Viendo la web de Crowe podemos observar la gran especialización que existe en la materia con asesoramiento fiscal, legal, financiero, transformación, auditoría o consultoría.
La verdad es que la cosa cambia mucho cuando sabemos que se puede contar con gente especializada en las diferentes áreas que necesitamos completar para nuestro negocio. Cuando no tenemos la capacidad para tener un equipo multidisciplinar, tener el apoyo de consultores y asesores es algo que va a marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso y que, sin ninguna duda, va a permitir que el emprendedor viva un poco más tranquilo. Cuando no tiene que estar tan pendiente de todos los asuntos que hemos comentado, libera su cabeza para ser más original en la ejecución de las estrategias orientadas a sus ventas. Eso siempre es positivo.
España, un país de pymes
Muchas veces, existe la sensación en la sociedad de que las empresas grandes son las que generan la mayoría de puestos de trabajo y las que mueven la mayoría del dinero. Hay que tener cuidado con ese tipo de afirmaciones porque no son ciertas. España es un país de pymes, lo lleva siendo toda la vida. Ellas son las que generan la mayor parte de los puestos de trabajo y las que tienen una mayor presencia en todas y cada una de las ciudades y en todas y cada una de las comunidades autónomas que componen nuestra geografía. Conviene que no perdamos de vista este asunto para que no nos vendan niños.
De hecho, os vamos a proporcionar un dato que va a terminar de clarificar el tema. De acuerdo con una noticia publicada en la página web de El País, España es el país que más porcentaje tiene de pymes de toda la Unión Europea. Además de eso, somos uno de los países que cuenta con pymes más pequeñas, lo que hace que estemos en una posición en la cual se necesiten todavía más recursos como los que hemos venido comentando y que tan importantes van a ser para que la gestión del día a día sea lo más fluida posible.
Solo hace falta que echemos un vistazo a nuestro alrededor para darnos cuenta de que lo que estamos hablando es una realidad innegable. Y también es interesante que, si conocéis a alguna persona que se encuentre al mando de un negocio, le preguntéis cómo gestiona estas cosas. La respuesta va a ser evidente y va a ir encaminada a los términos que os hemos dicho. Hablamos de aspectos que son muy habituales en un negocio y un emprendedor y que van a seguir formando parte de esa rutina que tienen que superar para continuar realizando la actividad por la cual van a obtener los beneficios y la rentabilidad que esperan.
El apoyo social y el de las instituciones es fundamental
Las pymes no pueden sobrevivir si no cuentan con el apoyo de la sociedad en la que se enmarcan. Esto implica que, por un lado, las instituciones públicas que operan en su zona de influencia puedan ayudarlas con facilidades en materia fiscal o aportando subvenciones que ofrezcan un colchón de seguridad desde el punto de vista económico. Por otro lado, las personas de a pie también juegan un importante papel en este sentido porque, a fin de cuentas, constituyen la clientela del negocio. Por eso, si queremos cuidar de las pymes de nuestro municipio, tenemos que confiar en ellas y adquirir sus productos y servicios siempre que los necesitemos.
Es evidente que las pymes tienen que trabajar para hacer posible que aquello que ofrecen sea útil para la gente que tienen alrededor. Y no nos cabe duda de que esa es la misión principal que está dentro de la cabeza de cualquier emprendedor. Un enorme porcentaje de ellas ofrece productos y servicios de calidad a pesar de ser pequeñas empresas y creo que ese es motivo más que suficiente para que podamos confiar en ellas y contribuir de ese modo a que su futuro esté garantizado y que puedan seguir creciendo. Estaremos favoreciendo de ese modo que la economía local se desarrolle. Eso nos puede venir de perlas a todos, aunque sea indirectamente.
Las pymes son un tesoro que debemos cuidar como oro en paño y que tienen que sentirse fuertes en nuestra sociedad y economía. El trabajo que ejercen es fundamental porque no cabe la menor duda de que el papel que tienen es indispensable en la generación de empleo, en el desarrollo del sector en el que trabajan y, en general, en la consecución de una sociedad en la que todo el mundo pueda ganarse la vida de alguna manera. Muchas veces solo nos acordamos de ellas cuando no hay trabajo, pero también cuando la economía va bien hay que reconocer su papel.