Nuestro país nos ofrece una gran cantidad de lugares maravillosos donde poder disfrutar de unas buenas vacaciones y, con ello, lograr desconectar de la rutina diaria que tanto nos afecta a nuestra salud. El estrés, los agobios y los atascos tienen que ser palabras que olvidemos durante el verano, así como el móvil de empresa ha de estar desconectado para poder disfrutar realmente de unos días de relajación, ya sea con nuestra familia, amigos o en solitario.
Dentro de los cientos de opciones que nos ofrece España, lo cierto es que hay una de ellas que está muy de moda en los últimos tiempos. Se trata de Galicia, la comunidad autónoma situada al noroeste de nuestro país, la cual nos ofrece desde que nos adentramos en ella, una serie de paisajes de ensueño, así como una gastronomía propia envidiable por otros territorios y algo que es único, la acogida que hacen sus gentes a cada uno de los foráneos que se acercan a visitarles. Y es que Galicia es un territorio único y nosotros queremos invitaros a descubrirlo juntos en este viaje que vamos a hacer por una de las regiones históricas de nuestro país.
A Galicia podemos llegar en coche, en tren, en barco o, como ha sido nuestro caso, en avión. Nada más llegar al aeropuerto de Santiago de Compostelanos dirigimos a las oficinas de alquiler de vehículos y nos decantamos por Car rent Milladoiro, una decisión que tomamos dada la cantidad de posibilidades que nos ofrecía, desde autocaravanas a coches de lujo, pasando por monovolúmenes, coupé, descapotables… así como por el atractivo precio que tenían, teniendo en cuenta que íbamos a echar unos cuantos días.Ya con el coche en nuestro poder, nos acercamos a la capital, Santiago, donde descubrimos a pie todos los encantos de esta pequeña ciudad cargada de historia. El Botafumeiro y el Santiago Apóstol fueron algunas de las imágenes más bonitas que vimos, sin embargo, no fueron las únicas. Los edificios de la universidad, el hostal de los Reyes Católicos, el pazo de Raxoi, la ciudad de la cultura o la Alameda, unido a las calles más céntricas, fueron otros de los gratos recuerdos que nos llevamos.
Tras hacer noche y conocer el ambiente nocturno de la ciudad, cogimos la autovía en dirección a Ourense, donde nada más llegar nos impresionaron las espectaculares instalaciones termales con las que cuenta la ciudad y que, muchas de ellas, son gratuitas y de acceso libre para todo aquel que quiera disfrutarlas. Antes de ver la ciudad nos acercamos hasta la cuenca del río Sil, donde descubrimos la Ribeira Sacra, una serie de cañones que forma el río y que ya es candidata a ser Patrimonio de la Humanidad en 2021. Esta zona de Ourense no solo impresiona por sus parajes en forma de cañón, sino que también lo hace por la cantidad de miradores que existen para ver la zona, así como también por el importante número de monasterios e iglesias que hay en la zona, siendo los más importantes, el de San Esteban de Ribas de Sil, convertido en parador, el de San Pedro de Rocas, el único que existe de la época de los Suevos o el de Santa Cristina en Parada do Sil.
Volviendo de esta zona natural cargada de encanto, nos decantamos por parar en algunas de las zonas más recomendadas de la provincia, como es el caso de Allariz, una pequeña villa presidida por un río, en la que las casas de piedra y sus calles empedradas componen su mayor encanto. Además, para todos aquellos aficionados al mundo de la moda, desde el consistorio se potenció que este lugar se convirtiese en un outlet y, hoy en día, muchos de los locales comerciales de Allariz son tiendas con descuentos de la mayoría de diseñadores más importantes nacional e internacionalmente, por lo que siempre podremos encontrar lo que más nos guste, al mejor precio.
Ourense, la ciudad de As Burgas
La capital de la provincia de Ourense es una de las ciudades más desconocidas de nuestro país y, aunque se trate de una urbe pequeña, en torno a los 100.000 habitantes, la realidad es que esconde decenas de lugares idílicos en los que perderse es una de las mejores decisiones que podemos tomar. Quienes llegan a esta ciudad no pueden dejar de visitar el puente romano, la fuente termal de As Burgas, la catedral, las distintas instalaciones termales que existen a orillas del río Miño… Pero algo que nunca se debería de dejar sin ver es su centro urbano y es que, por el día, el casco histórico está cargado de gente tomando algo, comprando, paseando… sin embargo, por la noche, esas mismas calles se convierten, sobre todo en la zona de los vinos, en cientos de terrazas y locales donde los ourensanos cenan antes de irse de fiesta con sus amigos.