Tener el aire limpio en la oficina (o en cualquier centro de trabajo) hace que los trabajadores enfermen menos y trabajen más a gusto, pero además, si ionizamos el aire, la productividad aumenta. Te explicamos cómo.
El aire está impregnado de partículas cargadas eléctricamente. Unas tienen carga positiva, los cationes, y otras tienen carga negativa, los aniones.
Las partículas de carga positiva, los cationes, consumen energía. Dejan a los seres vivos en una situación de letargo, de inactividad, de cansancio. Más proclives a contraer enfermedades.
Mientras los iones, con carga negativa, hacen lo contrario. Imprimen actividad, dinamismo.
Estos ambientes con carga eléctrica se dan en la naturaleza de forma natural. El desierto a mediodía, con el sol abrasador y con el aire parado es un ambiente cargado positivamente. Con prevalencia de cationes. Mientras que un paraje de alta montaña, con arroyos y ríos en movimiento, y el aire puro que baja de las cimas, es un ambiente cargado de iones negativos.
La actividad humana, por lo general, produce ambientes cargados positivamente. La contaminación, la radiación emitida por dispositivos electrónicos (la pantalla de los ordenadores, de los móviles, de las televisiones), el calor retenido en el asfalto de las calles. Todo ello transforma los iones negativos en positivos, creando ambientes cargados, densos. Todo esto hace que las personas tiendan al sedentarismo y a la inactividad.
La naturaleza tiene sus propios sistemas de ionización bipolar. Es decir, de cambiar la polaridad de los ambientes. Una cascada, un salto de agua, emite iones negativos solo por el impacto de las gotas de agua en superficies duras. Algo parecido sucede cuando el viento golpea contra las rocas y los árboles. Desprende aniones. Las tormentas son un fenómeno natural de ionización del ambiente.
Hoy, el hombre, con el uso de la tecnología, puede emular los procesos de ionización de la naturaleza en espacios controlados.
¿Cómo funciona la ionización bipolar?
La empresa Air Quality Prosescan, pionera en el desarrollo de la tecnología NBPI para aviones (NEEDLEPOINT BIPOLAR IONIZATION) comentan que lo que se pretende con la ionización bipolar artificial es la de reproducir ambientes naturales en espacios cerrados ocupados por el hombre.
La ionización se realiza por medio de un sistema de punta de lanza o punta de pincel. El aire que pasa por los sistemas de climatización y purificación de la vivienda, oficina o edificio, atraviesa un dispositivo fabricado en fibra de carbono que le añade cationes y regresa a la estancia, cargado negativamente.
Este dispositivo es integrable en cualquier sistema de climatización por aire que exista en el edificio. Tanto en un aire acondicionado con bomba de calor que utiliza un condensador exterior y un split interior, como en una instalación de aire industrial, que utiliza un conducto para distribuir el aire aclimatado por todo el edificio.
Todos los sistemas de aire acondicionado disponen de mecanismos de purificación del aire por medio de filtros. Para tener un aire más limpio, se pueden instalar sistemas de purificación de aire más precisos. Con la ionización bipolar estamos hablando de otro fenómeno. El de cambiar la polaridad del aire. Lo cual, influye directamente en la calidad del aire que se respira. Al crear un ambiente cargado negativamente, se fijan condiciones desfavorables para la proliferación y desarrollo de bacterias y virus.
Para que nos hagamos una idea, un experimento realizado con animales demostró que el uso de ionizadores artificiales de aire reducía el índice de contacto del virus de la gripe y del COVID-19.
Por tanto, la instalación de un dispositivo de ionización del aire mejora considerablemente las condiciones ambientales en aquellas estancias donde esté funcionando.
Más energía.
Cuando hacemos una escapada al campo para cargar las pilas, como solemos decir, nos trasladamos a lugares principalmente de montaña. Repletos de vegetación, con agua en movimiento. Son ambientes cargados de iones negativos. Además de respirar el aire puro, sin contaminar, sentimos en nuestro interior una sensación de plenitud. Nos hallamos pletóricos de energía. Esto es algo que no solo afecta a nuestro estado físico, sino también a nuestro estado mental y emocional. Sabemos que ambos planos están interrelacionados, pero sobre todo es que nos encontramos en un ambiente cargado de iones negativos.
Los iones negativos actúan sobre nuestro cerebro. Nuestro sistema nervioso es un circuito eléctrico. Con el aire ionizado negativamente estamos aportando al sistema nervioso un plus de electrones.
Esto va a hacer que nos sintamos de mejor humor, con una mayor vitalidad. Con un menor cansancio y con la cabeza más despejada. Con una mayor claridad mental.
Los ambientes en los que trabajamos suelen estar cargados de cationes, iones positivos. Las pantallas de los ordenadores y de los móviles crean un campo electromagnético de polaridad positiva. Esto hace que se desgaste nuestra energía.
Las personas que trabajamos mucho tiempo al día delante de un ordenador lo notamos. No solo es que nuestra vista se canse por estar frente a la luz incandescente de las pantallas. También se cansa nuestro cerebro. Después de una jornada laboral nos sentimos agotados. No solo es por el gato mental que hayamos efectuado en el trabajo. Los iones de carga positiva están gastando nuestra energía.
Si a todo esto añadimos que trabajamos en espacios cerrados, donde no suele entrar aire del exterior, se crean todas las condiciones para que la polaridad positiva del ambiente sea la predominante.
Menos enfermedades.
Un artículo publicado en Consumo Claro, el suplemento de salud y consumo de ElDiario.es señala que el uso de ionizadores bipolares en espacios cerrados mejora significativamente las enfermedades respiratorias. Al respirar aire ionizado tenemos posibilidades de que los virus y las bacterias entren en nuestro organismo por las vías respiratorias.
Se ha demostrado, a su vez, que estos ambientes favorecen la recuperación y mejora de enfermedades como el asma, la bronquitis crónica y determinadas alergias.
Un estudio publicado en The Journal of Clinical Psychiatry investigó los efectos directos de la ionización negativa del aire de alta intensidad en pacientes con trastorno afectivo estacional. Este es un trastorno mental que se manifiesta por medio de episodios depresivos que la persona sufre al llegar el invierno. Desenvolverse en ambientes ionizados negativamente, unido a una exposición frecuente a la luz natural, algo que se puede conseguir mediante paseos diarios al mediodía, cuando el sol está en lo más alto, logra remitir los efectos de este trastorno, esto junto a la fototerapia.
Aunque está menos desarrollado, se ha empezado a investigar el efecto de los ionizadores bipolares en el tratamiento del estrés, principalmente del estrés crónico, el más peligroso, y en el síndrome de burnout, o síndrome del desgaste profesional. Hasta ahora, todo parece indicar que sus efectos son positivos. En espacios con los ionizadores funcionando se consigue recuperar el interés y la concentración de los trabajadores en sus tareas, así como una mejora en su estado de ánimo, lo cual redunda en el desempeño de sus funciones.
A un nivel más incipiente están las investigaciones que intentan relacionar la respiración de aire cargado negativamente con la mejora de la calidad del sueño. Aunque los estudios son pequeños y poco concluyentes, los resultados obtenidos son prometedores. Todo parece indicar que el uso de ionizadores de aire es positivo para combatir trastornos como el insomnio crónico.
Entornos de trabajo más saludables.
Adecco publica un artículo en la red social LinkedIn en el que habla de lo importante que es crear un entorno saludable en el trabajo. Una preocupación que cada vez interesa a más empresas.
Un entorno laboral saludable es aquel en el que la empresa toma medidas para eliminar riesgos o minimizarlos en gran parte. Esto hace que los trabajadores no estén preocupados por los impactos negativos sobre su salud y puedan centrarse más en su trabajo.
Para crear este entorno, el primer paso es identificar los riesgos potenciales. Para, a continuación, diseñar un plan de seguridad y salud en el trabajo en el que participen todos los miembros de la organización.
La consultoría norteamericana Facility Management opina que la productividad aumenta un 25% en espacios saludables.
Algunos de los beneficios de aplicar estas políticas de bienestar en el trabajo son:
- Aumenta el compromiso y la motivación de la plantilla al sentirse en un ambiente seguro.
- Se aprecia una reducción de los accidentes de trabajo y las bajas por enfermedad.
- Se reducen el incumplimiento de los plazos de entrega de las tareas. Permitiendo que la empresa funcione más coordinada.
- Reducción de los gastos médicos: primeros auxilios, atención médica, rehabilitación de los trabajadores.
- Mejora de la reputación de la empresa y de su marca.
Son muchas las acciones que se pueden llevar a cabo para crear un ambiente saludable de trabajo. Más que un conjunto de acciones, es una filosofía de funcionamiento. Siempre hay cosas por hacer para que los trabajadores estén más seguros. Una de ellas es la ionización bipolar del aire.
Algo, que como hemos visto, va a reducir las enfermedades dentro del centro de trabajo y va a hacer que los trabajadores trabajen con más energía y en un ambiente más seguro y agradable.