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Las Grandes Ventajas de practicar Yoga con nuestros Hijos

Si hay una práctica deportiva que empieza a tener cada vez más relevancia esa es el Yoga. En tiempo atrás escuchábamos “Yoga” e inmediatamente pensábamos en los yoguis de la India, en una práctica asociada a cierta religiosidad y misticismo.

A día de hoy, el yoga ha ido seduciendo cada vez a más gente, entrando a formar parte en nuestras vidas con sus rutinas y asanas.

El Yoga ha entrado por la puerta grande en Occidente, donde el estrés es una de las principales fuentes de enfermedad. El Yoga nos insta a parar, a escucharnos y a aprender a gestionar nuestras emociones a través del cuerpo. Las ventajas de esta práctica en nuestras vidas son incontables, no es de extrañar que empiece a ser considerada una actividad muy interesante para integrarla en el aula.

Así, editoriales como Ediciones Aljibe tienen en su catálogo libros como “Yoga para Niños”, una propuesta práctica de integración del yoga en el aula y en el entorno familiar. Se trata de una guía para iniciarse en un ejercicio físico que va más allá del deporte y una técnica eficaz para que el niño o niña desarrolle así su creatividad y psicomotricidad.

Además de ser una actividad que podemos hacer con los más peques, una alternativa a otro tipo de ocio más pasivo y una apuesta por un estilo de vida más saludable.

¿Cuál es la mejor Edad para empezar a practicar Yoga con nuestros Hijos?

Según los expertos la mejor edad para que los niños empiecen con la práctica del Yoga es a partir de los 4 años. Y es que, con esta edad los peques ya tienen cierta capacidad a la hora de realizar ciertas posturas y movimientos corporales, por lo que es una buena edad para empezar.

El Yoga se convierte así en una buena herramienta para que los peques aprendan a relajarse y sepan llevar mejor las posibles situaciones de estrés que se les presenten en el día a día. De esta manera, estaremos ofreciéndoles una forma de que mejoren también su concentración y autocontrol.

Al fin y al cabo, cuanto antes aprendamos a gestionar nuestras emociones mejor, es un aprendizaje muy útil para la vida y para mejorar nuestras relaciones. Además, se favorece también el potencial creativo y la expresión del talento. Y es que, en la medida en que el niño encuentra más tranquilidad y se sienta en confianza tendrá más libertad para expresar su creatividad sin miedos.

Independientemente del carácter del niño, sea este inquieto o activo, tímido o extrovertido, el yoga le ayudará a canalizar su energía, así como a reafirmar su autoestima. A los niños y niñas más activos les ayudará a aprender a relajarse, mientras que para los más callados el Yoga será una buena forma de que pierdan el miedo a abrirse con los demás niños.

Está claro que en función del carácter de cada niño o niña las clases de Yoga tendrán una planificación diferente, con unos ejercicios u otros. En el caso de los niños y niñas no es muy efectivo tener una única práctica estándar, sino que tenemos que considerar cómo es cada niño o niña del grupo y adaptarnos a sus personalidades.

Características como el nivel de actividad que tiene el niño o niña, en este sentido es importante considerar la frecuencia y rapidez de sus movimientos a la hora de establecer una práctica y otra. Las veces que tiene hambre o sueño o la forma en que reacciona ante los nuevos estímulos.

Por otra parte, los niños y niñas por lo general son muy activos y participativos a la hora de jugar y con poco que hagamos ya querrán repetir. Además, los niños y niñas tienen una gran capacidad para abstraerse del mundo y concentrarse en lo que están haciendo, pero este nivel de concentración no es estable por lo que la mejor forma de captar su atención es alternando con frecuencia las rutinas y actividades para establecer una práctica dinámica.

A diferencia de una clase de Yoga para adultos, en el caso de las clases para niños, las actividades deben ser divertidas y activas, mezclando el juego con posturas, actividades dramáticas, canciones, baile…

Los niños y niñas son muy buenos a la hora de imitar, y una de las imitaciones que más les gustan son las imitaciones de animales. En el Yoga hay muchas asanas que recuerdan a animales y es una forma de llamar su atención y dejar que vuele su imaginación.

De esta manera, creamos un entorno muy favorable para el desarrollo de los más peques, para que puedan relajarse y divertirse al mismo tiempo, además de desarrollar fuerza, coordinación, conciencia corporal, autoconfianza y equilibrio.

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