Llega una edad en que los chicos buscan algo más de autonomía. Un medio de transporte que les permita moverse donde quieran y cuando quieran. Esta situación le quita el sueño a los padres, preocupados ante un posible accidente, y se preguntan: ¿Qué es mejor, una moto o un coche sin carnet? Intentaremos responder a esta pregunta, pero sobre todo, aclararemos un poco qué son estos curiosos vehículos.
La adolescencia es la etapa de transición entre la niñez y la adultez. Los chicos dejan de ser los niños protegidos por los padres y se introducen en el mundo real. Intentan descubrir cómo funciona y cómo encajan en él. Es algo que necesitan aprender por ellos mismos, y no que alguien se lo enseñe desde fuera. Empiezan a orientar su formación académica o laboral de cara al futuro. A establecer relaciones humanas; amigos, pareja, por ellos mismos, sin la supervisión de ningún adulto. A descubrir aspectos de la vida que hasta entonces les estaba vetado o no les interesaba.
Es una etapa clave para determinar la personalidad del individuo. Necesitan libertad para experimentar, conocer de primera mano cómo funciona la vida. De ahí que se despierte su interés por disponer de un medio de transporte propio. Según Urbancar, una red de concesionarios de Guipúzcoa, los coches sin carnet ofrecen esa libertad que los jóvenes necesitan, con un alto nivel de seguridad.
¿Qué es un coche sin carnet?
La Dirección General de Tráfico denomina a estos vehículos de cuatro ruedas como cuatriciclos ligeros. Como recuerda el RACE (Real Automóvil Club de España) es un vehículo pequeño, poco potente y con una masa al vacío inferior a 350 Kg, cuando un coche medio supera la tonelada.
Tiene un motor con una cilindrada igual o inferior a los 50 centímetros cúbicos. Lo que viene a ser el motor de un ciclomotor. Tiene una potencia de 4 kV, unos 5 caballos de vapor. No corre más de 45 km/h, por lo que no puede transitar por autovía, autopistas, ni arcenes que no sean suficientemente anchos. Posee un chasis que protege al conductor por los cuatro lados y el techo, y suele venir con dos plazas y un maletero, aunque también los hay de cuatro plazas.
Para conducirlo es necesario ser mayor de 15 años y tener un permiso AM para manejar un ciclomotor. El permiso se obtiene pasando un test psicotécnico, un examen de seguridad vial de 20 preguntas, y si solo se va a conducir un coche sin carnet, un examen práctico que consiste en un cambio de sentido empleando las marchas para delante y para atrás en un circuito controlado, y una prueba de estacionamiento en línea, oblicuo o perpendicular.
Los coches sin carnet se pueden conducir también con los permisos de moto A, A1, A2 y con el carnet B de coche.
Estos vehículos deben pasar la ITV a partir del cuarto año desde su primera matriculación, una vez cada dos años. El conductor necesitará un seguro de responsabilidad civil de daños a terceros. En el vehículo será necesario llevar el permiso de circulación, la tarjeta técnica y el comprobante de estar al día respecto al pago del seguro, de cara a que lo pueda solicitar algún agente de la autoridad o para gestionar trámites.
Coche sin carnet versus motocicleta.
El blog Clic & Post insiste en recordarnos que según la Ley de Tránsito, los coches sin carnet y los ciclomotores nos son considerados vehículos a motor, por lo que su movilidad está limitada al entorno urbano y a ciertas vías y carreteras convencionales, esta limitación no está contemplada para las motos, que podrán transitar por cualquier tipo de vía.
Para conducir una moto de 125 centímetros cúbicos será necesario tener más de 16 años y obtener el carnet de conducir A1. Para cilindradas más potentes es imprescindible ser mayor de 18 años y tener un carnet superior o el carnet de coche.
Una moto de 125 centímetros cúbicos alcanza los 124 Km/h, una de 300 cc llega a los 180 y una de 500 supera sin problemas los 200 Km/h, llegando a los 318, como la Yamaha YZR. La diferencia es evidente respecto a un mini-car que solo llega a los 45 km hora.
Los coches sin carnet son más confortables. Tanto el conductor como el copiloto están resguardados respecto a las inclemencias del tiempo. No se mojarán en caso de lluvia, no se les recalentará la cabeza si hace mucho sol y están protegidos respecto al impacto del viento y el polvo de la carretera. Estos vehículos pueden incluir aire acondicionado, calefacción, elevaduras eléctrico y cámaras traseras que hacen más cómoda su conducción.
Aunque el chasis de los coches sin carnet aún deja mucho que desear, la protección y seguridad de los tripulantes es incomparable respecto a las motocicletas. En las motos, los ocupantes solo tienen la protección que les facilitan los accesorios adicionales: el casco, las botas, los guantes. Digamos que el conductor es su propio chasis, teniendo la obligación de mantener el equilibrio en todo momento. En los coches sin carnet, los pasajeros están protegidos por los cuatro costados, introduciendo mecanismos de seguridad como el airbag o el ABS, un sistema de antibloqueo de las ruedas que permite mantener la estabilidad del vehículo en caso de frenadas o reducción de velocidad.
Preparación para ser un buen conductor.
Un coche sin carnet se puede empezar a conducir con 15 años. Al joven le faltarán tres años como mínimo para que pueda manejar un coche convencional. En ese tiempo aprenderá a manejar un vehículo de cuatro ruedas, sobre todo por ciudad, donde la conducción es más complicada.
Manejando un coche sin carnet, el joven aprende a desenvolverse por la ciudad, respetando las distancias de seguridad, los cambios de carril, la gestión de velocidad según el tipo de calle, las reglas de tráfico y aprendiendo a aparcar en la vía pública. Se convierte para él en algo habitual, lo cual lo prepara para conducir un coche el día de mañana. Sin duda, es una forma de ganar experiencia. Aunque el tipo de motor es muy diferente, se acostumbra a tripular un vehículo de cuatro ruedas.
El coche eléctrico sin carnet es una realidad.
En un momento en el que se está intentando realizar la transición energética y la sustitución de los combustibles fósiles por otras alternativas menos contaminantes, el empleo de los motores eléctricos en los coches sin carnet está más asentada que en otras ramas de la industria del automóvil.
En comparación, se venden más mini coches eléctricos que coches normales con este tipo de tecnología. Sus ventajas para conducir por la ciudad son las mismas que las de un coche eléctrico normal. Son silenciosos, no emiten gases contaminantes y con ellos se ahorra en combustible y en talleres, ya que tienen una mecánica más simple que los motores de combustión. Al ser vehículos no contaminantes pueden circular por cualquier parte de la ciudad.
Los coches eléctricos sin carnet tienen una autonomía que va desde los 75 a los 140 kilómetros. Muchos cuentan con una batería de carga rápida y en el caso de algunos modelos de Citroën se pueden recargar desde un enchufe convencional.
Un diseño moderno y actual.
A principios del siglo XXI, Mercedes empezó a popularizar los Smart. Unos vehículos con motor de ciclomotor, compactos y con un pequeño morro delantero. Lo hizo en un momento de masificación de la circulación dentro de las ciudades y donde aparcar ya se había convertido en un auténtico problema.
Al contar con un motor de 50 centímetros cúbicos podían aparcar en zonas reservadas para ciclomotores, su tamaño reducido los hacía muy manejables a la hora de estacionar.
Sin embargo, su forma tan cuadrada, tan cúbica, no los hacía para nada atractivos. Se apreciaba rápidamente que no se trataba de un coche, sino de otra cosa.
En los últimos años, los fabricantes de coches sin carnet han cuidado el diseño. Ofreciendo vehículos, que aunque más pequeños, tienen la forma de una berlina o de un turismo utilitario. Algunos tienen una imagen deportiva, con colores vistosos y con llantas llamativas como otros coches actuales.
Para un joven es importante la imagen, tanto como disponer de un vehículo propio. Con los diseños actuales dan la impresión de conducir un coche, y no una cosa extraña con cuatro ruedas. Pueden sentarse al volante de un vehículo del que se sientan orgullosos. Que proyecte esa imagen de libertad y de autonomía, de que se están haciendo mayores, conservando un espíritu juvenil y desenfadado.
Los coches sin carnet actuales, en apariencia, son como utilitarios de dos puertas con maletero. Algunos de ellos con un aspecto crossover: los bajos altos, una buena amortiguación y posibilidad de poder meterse en el campo y por los caminos. Otros con una apariencia urbana y dinámica: líneas aerodinámicas, aspecto de monovolumen y detalles decorativos.
Los jóvenes buscan vehículos con los que poder moverse y sentirse libres. Los coches sin carnet son una buena opción. En ellos están protegidos y seguros, y con una estética que encaja con ellos.