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Paso a paso para combatir los abscesos dentales

Seguramente has oído hablar de abscesos cientos de veces, pero lo que quizá no sabías es que uno de los tantos tipos de abscesos que hay, son los dentales, y que de hecho, pueden llegar a ser mucho más graves de lo que parecen.

Aunque son menos conocidos, lo cierto es que estos forúnculos o cavidades en las que se acumula pus pueden aparecer en casi cualquier parte del cuerpo y por supuesto la boca no es la excepción.

Sin embargo, ya que la boca es una región del cuerpo delicada que precisa atención; los problemas que pueden llegar a traer la aparición de abscesos pueden llegar a ser graves.

Por eso, y porque es una enfermedad que puede llegar a ser muy molesta y dolorosa mientras no se trata, el equipo especialista en salud bucal de la Clínica Dental Dra. Maroto y Dra. Vellón nos explican  qué es exactamente un absceso dental, cuáles son sus causas, síntomas y cuál es el tratamiento más adecuado para plantarle cara.

¿Qué es un absceso dental?

Un absceso dental, también conocido como flemón dental, es una acumulación de pus a causa de una infección de origen bacteriano. Este puede producirse en diferentes partes del diente y suelen haber dos tipos diferentes:

  • Absceso periapical: aquel que se produce en la punta de la raíz de la pieza dental.
  • Absceso periodontal: aquel que se produce en las encías, en al área colindante con las raíces dentales.

Cualquiera de los dos implica  un proceso inflamatorio bastante doloroso para el paciente, en el que tanto las encías como las piezas dentales se ponen en riesgo. Además, si no se trata a tiempo, no solo puede producir daños en la estructura interna del diente, sino que también puede llegar a afectar incluso a la estructura ósea de la mandíbula.

Es importante destacar que no tratar un absceso puede tener consecuencias realmente graves sobre la salud del diente. De hecho, hasta puede «desencadenar en la muerte», alertan los expertos: «Un absceso, en según qué zona, puede complicarse y puede provocarnos una bacteriemia, es decir, una entrada de bacterias en la sangre y causar una sepsis, una infección generalizada. Y, si no actuamos rápido, en última instancia, puede causar la muerte».

También explican que el origen infeccioso del absceso es el gran culpable de su potencial peligro: «Como cualquier otra infección en el resto de la anatomía humana, puede llegar a la sangre y tener complicaciones en otros órganos, en el sistema respiratorio o a nivel pulmonar». Por eso es muy importante que si tienes uno, acudas de inmediato a tu especialista de salud bucal para su tratamiento.

¿Qué causa un absceso dental?

Por lo general, un absceso o flemón dental es ocasionado por una caries que no fue tratada adecuadamente o de una fisura o grieta en una pieza dental que permite que las bacterias entren y se acumulen e infecten la pulpa del diente.

Por otro lado, las enfermedades periodontales como la gingivitis y, sobre todo, la periodontitis, también suelen ser una de las causas principales de los abscesos dentales.

Asimismo, existen algunos factores de riesgo que pueden aumentar las oportunidades de padecer un absceso dental. Algunos de los más importantes son:

  • Mala higiene bucodental. La falta de una buena higiene dental favorece la aparición de caries y por lo tanto, aumenta las posibilidades de tener enfermedades periodontales.
  • Una alimentación rica en azúcares. Comer y beber muchos productos azucarados trae efectos negativos para nuestros dientes.
  • Padecer otras afecciones como xerostomía o boca seca, o patologías que puedan debilitar el sistema inmunológico, como en el caso de la diabetes.

¿Cuáles son los síntomas de un absceso dental?

Los síntomas principales que pueden indicar la presencia de un absceso dental son los siguientes:

  • Dolor de muelas intenso, continuo y muy agudo o punzante.
  • Sensibilidad dental, en especial a temperaturas frías y calientes.
  • Dolor al masticar.
  • Hinchazón de la cara o mejillas.
  • Inflamación de la encía sobre el diente infectado.
  • Ganglios del cuello inflamados.
  • Fiebre
  • Dificultad para tragar o respirar.

Ante cualquiera de los antes mencionados síntomas, lo mejor es consultar a tu dentista de confianza. Incluso, si ya presentas  hinchazón en la cara, fiebre o dificultad para tragar o respirar, es cuando debes ir de manera urgente a tu especialista, ya que estos síntomas indican que la infección se ha extendido y el pronóstico puede complicarse.

¿Qué otras complicaciones puede tener?

Los abscesos dentales pueden acarrear complicaciones más graves como:

  • Pérdida del diente
  • Infección de la sangre
  • Propagación de la infección al tejido blando
  • Propagación de la infección a la mandíbula
  • Propagación de la infección a otras áreas del cuerpo que pueden causar absceso cerebral, inflamación en el corazón, neumonía u otras complicaciones

¿Cuándo debes contactar a un profesional médico?

Si tienes un dolor de muelas pulsátil que no desaparece, o si notas una burbuja (o «grano») en las encías, debes comunicarte con tu medico de confianza para un diagnóstico cuanto antes.

¿Cómo se diagnostica un absceso dental?

En caso de presentar alguno de los síntomas, tu dentista te preguntará sobre estos y verá si tienes hinchazón y otras señales de infección en la boca. Tal vez le dé un golpecito suave en el diente y le aplique calor o frío. También es posible que saque radiografías dentales.

¿Cómo es el tratamiento para un absceso dental?

El objetivo del tratamiento de un absceso dental es ponerle freno a la infección, conservar el diente y evitar complicaciones innecesarias, a través de distintas alternativas.

Lo primero siempre es drenar el absceso para frenar así la infección. Aquí, el odontólogo hará una pequeña incisión para extraer todo el pus y luego procederá a lavar el área con solución salina.

En algunos casos, el dentista puede tener que realizar un tratamiento de conducto para eliminar la infección y salvar la pieza dental.

En el caso que la pieza afectada no pueda salvarse, el odontólogo deberá extraer el diente afectado y drenar el absceso para eliminar la infección.

Por último, el dentista puede recetar antibióticos en caso de que la infección se haya propagado a piezas cercanas, a la mandíbula o a otras áreas.

¿Qué remedios caseros puedo aplicar?

Aunque la visita al médico es obligatoria, ya que solo él puede tratar la infección de la manera adecuada. En caso que necesites aliviar el dolor o controlar la situación mientras esperas por tu cita odontológica, puedes aplicar alguno de los siguientes remedios caseros:

  • Aceite de clavo. El ingrediente activo en el aceite de clavo, el eugenol, tiene propiedades anestésicas y antibacterianas útiles. Por eso, si aplicas una pequeña cantidad de aceite esencial de clavo en el absceso, puedes lograr adormecer temporalmente el área, aliviando el dolor. Te advertimos, que como efecto adverso puede desprender un olor fuerte y propagarse accidentalmente a otras partes de la boca
  • Enjuague con agua salada. Un enjuague con agua salada puede ayudar a eliminar las bacterias y el pus de un absceso, así como calmar las molestias.
  • Bolsitas de té de menta. Colocar bolsas de té de menta húmeda y fría en un absceso dental ayuda a aliviar el dolor. Esto porque la temperatura fría de la bolsa de té puede ser algo relajante. Sin embargo no tienen un efecto demasiado notorio.
  • No uses alcohol. Un remedio casero muy popular pero ineficaz es el de empapar un algodón con alcohol (a menudo whisky o vodka) y aplicarlo en el área del absceso. Si es verdad que el alcohol puede adormecer temporalmente el dolor, te recordamos que ese no eliminará la infección. Al igual que el resto de estos remedios, el alivio será temporal. Además, este método obviamente no se recomienda para niños con dolor dental, ya que su uso como analgésico puede ser increíblemente peligroso.
  • Analgésicos de venta libre. Además de probar remedios caseros naturales para tratar un absceso dental, también puedes recurrir a analgésicos de venta libre, como el ibuprofeno o el acetaminofén. Estos medicamentos para el dolor pueden ayudar a mejorar tu comodidad de forma temporal. No olvides que todavía debes ver a tu dentista para eliminar la fuente de la infección y sanar el diente o las encías de forma definitiva.

¿Cómo se puede prevenir un absceso dental?

La mejor manera de prevenir un absceso dental es cuidarse bien los dientes y las encías:

  • Cepíllate los dientes al menos dos veces al día, por la mañana y por la noche.
  • Usa crema dental con flúor aprobada por la Asociación Dental Americana (American Dental Association).
  • Usa hilo dental para limpiarte entre los dientes todos los días.
  • Visita a tu dentista para hacerse limpiezas dentales y controles de forma periódica.
  • Mantén una alimentación saludable, evitando las comidas y las bebidas azucaradas y limitando los refrigerios entre las comidas.
  • En caso que sientas mucha sequedad en la boca, podrías correr un riesgo mayor de tener caries profundas e infecciones dentales. Para prevenir, lo mejor es tomar frecuentes sorbos de agua, masticar goma de mascar o caramelos sin azúcar, además de hablar con tu médico sobre medicamentos que te puedan ayudar.

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