Tenemos la tendencia de apuntar que España es uno de los países que cuenta con una media de edad más alta en toda la Unión Europea, algo que es cierto y que pone en evidencia que el relevo generacional en este país es una cuestión que se está perdiendo y que hay que implementar de alguna manera. Pero, por otra parte, también es cierto que nuestro país es una referencia en cuanto a número de estudiantes universitarios. Y es que son muchos miles de personas las que, cada día, acuden hasta alguna de las universidades que hay repartidas por todo el territorio nacional.
Esto ha activado la demanda de uno de los bienes que más necesita un estudiante universitario, especialmente uno que se tenga que desplazar hasta otra ciudad para acometer los estudios que desea. Hablamos de un asunto como lo es la vivienda. Los estudiantes son el grupo de población que alquila más pisos en ciudades como lo son Madrid, Barcelona o Salamanca, entre otras. En algunas de esas ciudades no es nada fácil (ni barato) alquilar un piso y ese es uno de los motivos por los que las residencias universitarias están ganando cada día más terreno en este aspecto.
Una noticia que vio la luz en el diario ABC abría un debate acerca de la idoneidad de apostar por una residencia universitaria o por un piso de alquiler a la hora de viajar hasta otra ciudad por motivos formativos. Las dos cuestiones tienen sus ventajas, de eso no cabe la menor duda. Y dependerá de muchas cosas la elección que cada familia o cada persona tome. Para las personas que sean nuevos estudiantes, la mejor alternativa suele ser el acudir hasta residencias universitarias. Y es que el cambio entre la dependencia más absoluta y la independencia no suele darse con una rapidez grande.
La comunidad universitaria es una de las más grandes en nuestro país. Según una noticia publicada en el portal web Universia, en el curso 2006-2007 había matriculadas más de 1’2 millones de personas en alguna de las universidades que se encuentran en el interior de nuestras fronteras. Esto hace de esa comunidad una de las que más necesidades puede llegar a tener en España, siendo una de esas necesidades la de encontrar un lugar óptimo y no demasiado caro en el que residir. Con el propósito de hacer eso posible nacieron las residencias universitarias en España.
Tal y como pinta el asunto, alquilar un piso en una ciudad como lo puede ser Madrid va a ser considerado como todo un lujo de cara a los próximos años. El precio del alquiler ha subido de una manera exponencial de un tiempo a esta parte y tiene pinta de que así va a seguir siendo durante los próximos años. Esto ha supuesto un severo varapalo para grupos de población como los estudiantes universitarios, que han tenido que apostar por las residencias como medio de vida. Así nos lo han comentado desde la Institución del Divino Maestro, una de las residencias universitarias más reputadas de la capital de España.
Una apuesta mayoritaria entre los recién llegados a la facultad
Apostar por las residencias universitarias es algo que, como ya hemos comentado, es habitual entre los estudiantes de primer año en las universidades. El motivo es evidente: de depender de sus padres no pueden pasar a ser completamente independientes. No es así en todos los casos, pero sí en un amplio porcentaje. La residencia es vital para que no se tengan que ocupar de todos y cada uno de los aspectos que tienen que ver con el mantenimiento de su vivienda o ropa. El tiempo debe ser empleado en estudiar y conseguir el título por el que están pagando.
También tiene mucho que ver en esto el hecho de que, para las familias de los recién ingresados en la universidad, asumir el coste de las matrículas y pagar un piso al mismo tiempo supone un cambio económico demasiado importante con respecto al año anterior. Las residencias de estudiantes son una buena alternativa para tratar de paliar eso y no cabe la menor duda de que cada vez son más las familias que se están dando cuenta.
Está claro que a día de hoy es muy complicado estudiar sin que eso nos cueste un ojo de la cara. Realmente, es imposible hacer posible ese sueño. Pero hay maneras de conseguir reducir ese gasto sin que eso repercuta en nuestra calidad de vida y en la de la persona de nuestra familia que se está encargando de obtener ese título universitario. Una residencia universitaria puede ser la solución para ello. Desde luego, eso es, al menos, lo que más piensan las personas que se encuentran en un estado así. Estamos seguros de que, dentro de unos años, la percepción va a seguir siendo la misma.